hay días como hoy, que cuando llego a casa cuando ya ha amanecido hace rato, que de verdad quisiera no pensar en lo que pienso.
la memoria es caprichosa y no suele tener ningún tipo de piedad. vuelvo a casa pensando en ella. de lo fácil que era todo entonces y de lo cuesta arriba que se me hace vivir ahora mismo.
nada es igual, porque no estoy acompañado. las cosas no me llenan como entonces, entonces no necesitaba nada más que respirar y un abrazo espontáneo de cuando en cuando.
no puedo decir que no puedo vivir sin ella, pero es que no quiero acostumbrarme a vivir sin ella.
un juego de manos y un cambio de destino.
con o sin ti. pero nunca llego a la orilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario