jueves, 24 de marzo de 2011

Estar alegre es ser un loco en un mundo de fantasmas tristes

¿Cómo puedes hacer entender a otra persona lo que realmente te ocurre por dentro?

Si me rompiera una pierna, lo dejaría todo. Pero, si se te parte el corazón de alegría... hombre, es un poco aburrido, ¿no te das cuenta? Las lágrimas son más fáciles de soportar que la alergría. La alegría es destructiva: pone violentos a los demás. "Lloras y lorarás solo..." ¡Qué mentira es eso! Llora y encontrarás un millón de cocodrilos para llorar. El mundo está empapado en lágrimas. La risa, eso es harina de otro costal. La risa es momentánea: pasa. Pero la alegría es una especie de hemorragia extática, un tipo de supercontento vergonzoso que se derrama por cada poro de tu ser. No puedes poner alegre a la gente simplemente por estar tú alegre. Tiene que ser uno mismo quien engendre la alegría: es o no es. La alegría se basa en algo demasiado profundo como para ser entendido y comunicado. Estar alegre es ser un loco en un mundo de fantasmas tristes.

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