viernes, 11 de enero de 2013

Y sí, nunca hemos estado así, pero esta mañana echaba de menos encontrarte bajo el edredón, con mis dedos enredados en los tuyos; sin prisa por salir de la cama, pero con la prisa de disfrutar el uno del otro.
Las ganas de despertar porque estás allí y parsimonia de no salir de aquí en horas. Enredar la nariz en tu pelo, escuchar como respiras, oler como te despiertas. Rozar tu nariz con mi nariz y mirarnos a los ojos, aún a oscuras.

 Nunca lo he hecho, nunca lo he sentido, pero ya lo echo de menos. Ya soy adicto a eso.

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