martes, 10 de febrero de 2009

LFEET

Porque las leyes no están hechas para lo particular, sino para lo general, lo cual las pone en perpetua contradicción con el interés, dado que el interés personal está siempre enfrentado al interés general. Mas las leyes, buenas para la sociedad, son malas para el individuo que la compone; porque para una vez que lo protegen o le ofrecen garantías, lo molestan y lo atan tres cuartas partes de su vida; por eso el hombre sabio y lleno de desprecios hacia ellas las tolera, como hace con las serpientes y las víboras que, aunque hieren o envenenan, sirven sin embargo a veces en medicina; se protegerá de estas leyes como lo hará de estas bestias venenosas; se pondrá a cubierto mediante protecciones, mediante misterios, cosas fáciles para la sabiduría y la prudencia. ¡Ojalá la fantasía de alguno de los crímenes inflame vuestra alma, Eugenia! ¡Pero estad bien segura de cometerlos sin temor, con vuestra amiga y conmigo!

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