lunes, 18 de junio de 2012



Hoy es uno de esos días en los que uno termina pensando, sobre todo idioteces, que es en lo que parece que dedico más tiempo.

No puedo evitar encontrarme de vez en cuando fotos como la de arriba, que nunca han sido publicadas, que nunca enseñé a nadie... pero que yo recuerdo y por ende, me trasmiten algo.

Y más que trasmitir, me recuerdan. Me recuerdan una época diferente, donde tenía menos cosas a la espalda. Una época que, de vez en cuando, vuelve como una reminiscencia del pasado, como un oscuro fantasma que de cuando en cuando decide aparecerse, quiera yo o no.

En esa época leía más, viajaba más, iba a más conciertos y era mucho más sociable que ahora, una relación conmigo solía ser más cálida, más amable y aquel que me acompañaba rara vez recibía una bordería como respuesta.

Pero esto ha cambiado bastante. Ahora soy mucho más arisco, más distante, menos sociable, escucho menos música y, aunque suene mal, leo menos. Pero, reflexiono más.

 La fotografía también va quedando un poco atrás, por mucho que me pese, pero se me hace difícil compaginar muchas veces todos o, simplemente, sacar ganas para nada.

El tema es que, entonces, prácticamente había empezado la carrera. Sabía que el mundo iba mal, pero no el porqué.

Me conocía menos a mí mismo y conocía menos al hombre.

Pero, como en las mentiras, uno acaba sabiendo antes o después la verdad del asunto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario