miércoles, 20 de junio de 2012

Tendré que acostumbrarme, a lo mejor, a la impaciencia de que tú llegues siempre tarde y yo siempre esté esperándote... ... simplemente, te echo de menos.

1 comentario:

  1. Antes que suene el presuroso timbre
    y abran la puerta y entres, oh esperada
    por la ansiedad, el universo tiene
    que haber ejecutado una infinita
    serie de actos concretos. Nadie puede
    computar ese vértigo, la cifra
    de lo que multiplican los espejos,
    de sombras que se alargan y regresan,
    de pasos que divergen y convergen.
    La arena no sabría numerarlos.
    (En mi pecho, el reloj de sangre mide
    el temeroso tiempo de la espera.)

    (de Borges, incompleto)

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